¿Está experimentando dolores abdominales intensos y notando la presencia de sangre en las heces? En este artículo, exploraremos las causas, síntomas y tratamientos esenciales para la hemorragia gastrointestinal.
Esta es una condición médica que puede causar preocupación y, a menudo, requiere atención inmediata. Caracterizada por la presencia de sangrado en cualquier parte del tracto digestivo, esta condición puede manifestarse de varias maneras, desde sangre visible en las heces hasta síntomas más sutiles, como dolor abdominal y fatiga.
¿Qué es la hemorragia gastrointestinal?
Esta condición se refiere al sangrado que ocurre en cualquier parte del sistema digestivo, que incluye órganos como el esófago, estómago, intestino delgado, intestino grueso (colon), recto y ano.
Ese sangrado puede ser agudo, ocurriendo de repente y en gran cantidad, o crónico, desarrollándose lentamente a lo largo del tiempo y a menudo pasando desapercibido hasta que los síntomas se vuelvan graves.
La hemorragia puede clasificarse como alta, cuando ocurre en el esófago, estómago o duodeno, o baja, cuando ocurre en el intestino delgado, colon, recto o ano.
Causas comunes de hemorragia gastrointestinal
Existen varias causas posibles y la identificación precisa de la causa es crucial para el tratamiento adecuado.
Úlceras pépticas
Lesiones que se desarrollan en el revestimiento interno del estómago (mucosa) o de la parte superior del intestino delgado.
Las dos causas más comunes son la infección causada por la bacteria Helicobacter pylori y el uso prolongado de antiinflamatorios no esteroides (AINEs) como ibuprofeno y aspirina.
Varices esofágicas
Venas dilatadas en el esófago que pueden romperse y sangrar, frecuentemente asociadas a la cirrosis hepática. La cirrosis puede causar un aumento de la presión en las venas del esófago, llevando a la formación de varices.
Diverticulosis
Pequeñas bolsas formadas en la pared del colon, conocidas como divertículos, que pueden inflamarse o romper vasos locales, causando sangrado. Esta condición es más común en personas mayores.
Enfermedad inflamatoria intestinal (EII)
Condiciones como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerativa, que causan inflamación crónica del tracto digestivo, pueden llevar a erosiones y úlceras que sangran.
Cáncer gastrointestinal
Tumores malignos en el estómago, colon o recto que pueden causar sangrado. La presencia de sangre en las heces puede ser uno de los primeros signos de cáncer gastrointestinal.
Gastritis
Inflamación del revestimiento del estómago, que puede ser causada por infecciones, uso de AINEs, alcohol o estrés. La gastritis erosiva puede llevar al desarrollo de sangrado.
Angiodisplasia
Malformaciones de los vasos sanguíneos en el tracto gastrointestinal, que pueden romperse y causar sangrado.
Esofagitis
Inflamación del esófago, frecuentemente causada por el reflujo ácido, puede llevar a erosiones y úlceras que sangran.
Hemorroides
Venas dilatadas en el ano o en el recto, que pueden sangrar, especialmente durante la evacuación. Aunque las hemorroides generalmente causan sangrado leve, en algunos casos, pueden llevar a sangrados más significativos.
Fisuras anales
Pequeñas laceraciones en el revestimiento del ano, generalmente causadas por evacuaciones duras o estreñimiento, que pueden causar sangrado.
Además de estas causas, otras condiciones y factores de riesgo pueden contribuir a la hemorragia, como el uso excesivo de alcohol, tabaquismo, dieta pobre en fibras e historial familiar de enfermedades gastrointestinales.
Síntomas de la hemorragia gastrointestinal
Los síntomas pueden variar ampliamente dependiendo de la localización y la gravedad del sangrado, y la identificación temprana de estos signos es esencial para un tratamiento efectivo.
Uno de los síntomas más evidentes es la presencia de sangre en las heces, que puede manifestarse de diferentes formas.
Heces oscuras, casi negras (conocidas como melena), generalmente indican sangrado en el tracto gastrointestinal superior, como en el estómago o duodeno.
Ya las heces con sangre roja viva sugieren un sangrado en el tracto gastrointestinal inferior, como en el colon o recto. Esta diferenciación es importante para dirigir el diagnóstico y el tratamiento.
Otro síntoma significativo es el vómito con sangre, que puede aparecer con una apariencia similar a la borra de café, indicando que la sangre ha sido parcialmente digerida, o como sangre roja viva, sugiriendo un sangrado más activo en el esófago, estómago o duodeno.
La presencia de vómito con sangre es una señal alarmante y requiere evaluación médica inmediata.
Aparte del dolor, la hemorragia puede causar una sensación de plenitud o hinchazón, especialmente si el sangrado está localizado en el tracto gastrointestinal superior.
La anemia resultante de esta pérdida de sangre puede causar cansancio extremo, dificultad para realizar actividades cotidianas y una sensación general de agotamiento.
Estos síntomas se agravan por la disminución de la capacidad de la sangre para transportar oxígeno a los tejidos del cuerpo.
Mareos o desmayos son síntomas críticos que pueden ocurrir, especialmente en casos de pérdida significativa de sangre.
Estos síntomas son causados por la disminución del volumen sanguíneo y la presión arterial baja, lo que puede resultar en una perfusión inadecuada de los órganos vitales.
En casos más graves, el paciente puede presentar síntomas de choque hipovolémico, una condición médica de emergencia.
Los signos de choque incluyen confusión mental, piel fría y húmeda, respiración rápida y superficial, y pulso débil y acelerado.
Pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal pueden tener episodios de diarrea crónica y dolor abdominal recurrente, mientras que aquellos con cirrosis hepática pueden tener signos de insuficiencia hepática, como ictericia y ascitis.
Diagnóstico de la hemorragia gastrointestinal
Los métodos más comunes incluyen la endoscopia, que es un procedimiento que implica la inserción de un tubo flexible con una cámara (endoscopio) por el esófago, estómago e intestino delgado para visualizar e identificar la fuente del sangrado.
La endoscopia permite que el médico examine directamente el revestimiento del tracto digestivo superior y realice biopsias si es necesario.
Otro procedimiento similar es la colonoscopia, en la cual el endoscopio se inserta por el recto para examinar el colon. La colonoscopia se utiliza para detectar pólipos, cáncer y otras anormalidades en el colon.
Exámenes de sangre se realizan para verificar anemia y otros indicadores de pérdida de sangre, como niveles de hemoglobina, hematocrito y conteo de plaquetas.
La tomografía computarizada (TC) es otro método utilizado para visualizar el tracto digestivo y detectar anormalidades. La TC puede ser particularmente útil para identificar causas de sangrado en el intestino delgado.
Pruebas de heces, como el test de sangre oculta en heces (TSOH), se utilizan para detectar sangre oculta en las heces, que puede no ser visible a simple vista.
La angiografía es un procedimiento de imagen que utiliza un tinte de contraste para visualizar los vasos sanguíneos e identificar la localización del sangrado, siendo frecuentemente utilizada en casos de sangrado activo y significativo.
Otra prueba, la centellografía con glóbulos rojos marcados, implica marcar las células rojas de la sangre con un radioisótopo y visualizar su movimiento a través del tracto gastrointestinal para localizar la fuente del sangrado.
Tratamientos esenciales para hemorragia gastrointestinal
Medicamentos como antiácidos, inhibidores de la bomba de protones (IBP) y antibióticos se utilizan para tratar úlceras e infecciones.
La endoscopia terapéutica permite cauterizar, colocar clips o inyectar medicamentos en el área de sangrado, mientras que técnicas como la ligadura elástica tratan varices esofágicas.
En casos graves, la cirugía puede ser necesaria para remover partes afectadas del tracto digestivo. Transfusiones de sangre ayudan a estabilizar niveles de hemoglobina y tratar anemia.
Terapias específicas, como ligadura elástica o escleroterapia, controlan varices esofágicas, y el shunt portosistémico intrahepático transyugular (TIPS) puede reducir la presión en las venas esofágicas.
La reposición de líquidos intravenosos y medicamentos estabilizan signos vitales. Nutrición intravenosa se utiliza en sangrados severos y prolongados.
Procedimientos radiológicos, como embolización de vasos sanguíneos, controlan sangrados en casos de malformaciones vasculares.
Cuidados continuos incluyen cambios en la dieta, cesación de AINEs y seguimiento con un gastroenterólogo.
La hemorragia gastrointestinal es una condición médica seria que requiere diagnóstico rápido y tratamiento efectivo. Comprender sus causas, reconocer los síntomas y buscar atención médica adecuada son pasos esenciales para garantizar la salud y el bienestar del paciente.
Si está experimentando síntomas de hemorragia gastrointestinal, no dude en buscar ayuda médica inmediatamente. El manejo adecuado puede prevenir complicaciones graves y mejorar significativamente el pronóstico del paciente.
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Doutor em Gastroenterologia pela FM-USP.
Especialista em Cirurgia do Aparelho Digestivo (HCFMUSP), Endoscopia Digestiva (SOBED) e Gastroenterologia (FBG).
Professor do curso de Medicina da Fundação Educacional do Município de Assis - FEMA.
Médico da clínica Gastrosaúde de Marília.