El balón intragástrico es una alternativa no quirúrgica para ayudar en el proceso de pérdida de peso. Consiste en un balón de silicona que se coloca en el estómago y se llena con solución salina, ocupando espacio y reduciendo la capacidad del órgano.
Este procedimiento está indicado para personas que tienen dificultad para perder peso a través de métodos convencionales, como la dieta y el ejercicio físico, y que necesitan un enfoque más dirigido para alcanzar sus objetivos de pérdida de peso. El balón intragástrico actúa como una herramienta temporal, proporcionando un apoyo adicional para los cambios en el estilo de vida y la dieta.
La colocación del balón intragástrico se realiza a través de un procedimiento endoscópico, en el que el balón se inserta en el estómago a través de la boca y luego se llena con la solución salina. El proceso es generalmente rápido y se realiza en régimen ambulatorio, permitiendo que el paciente regrese a casa el mismo día.
Una vez colocado en el estómago, el balón ocupa espacio y provoca una sensación de saciedad, haciendo que la persona se sienta satisfecha con una menor cantidad de comida. Esto ayuda a controlar la ingesta calórica y facilita la adhesión a una dieta hipocalórica, esencial para la pérdida de peso.
El balón intragástrico no es una solución permanente, y después de un período determinado, generalmente de seis meses a un año, se retira a través de un procedimiento similar al de la colocación.
Durante el período en que el balón está en el estómago, que generalmente varía de 6 a 12 meses, es esencial adoptar una alimentación saludable y equilibrada, controlando el tamaño de las porciones y priorizando alimentos nutritivos. Además, la práctica regular de actividades físicas es fundamental para potenciar los resultados y mantener una buena salud.
Es importante mencionar que el balón intragástrico puede presentar efectos secundarios, como náuseas, vómitos y malestar abdominal en los primeros días después de la colocación. Sin embargo, estos síntomas tienden a disminuir a medida que el cuerpo se adapta a la presencia del balón.
Es importante resaltar que el balón intragástrico es un método coadyuvante y no sustituye la necesidad de cambios en el estilo de vida. Para alcanzar y mantener resultados satisfactorios, es fundamental que el paciente mantenga una alimentación equilibrada, practique ejercicio físico y busque seguimiento médico y nutricional regular.
El balón intragástrico puede ser una opción eficaz para aquellos que están luchando contra la obesidad y tienen dificultad para perder peso de forma convencional. Sin embargo, es esencial que la decisión de realizar este procedimiento se tome en conjunto con un equipo médico capacitado, que evaluará cuidadosamente la salud del paciente y lo orientará durante todo el proceso.
Después del período de 6-12 meses, el balón intragástrico se retira mediante una endoscopia. Es fundamental que el paciente continúe con el seguimiento médico y adopte un estilo de vida saludable para mantener los beneficios alcanzados durante el uso del balón.
En resumen, el balón intragástrico es una opción para el tratamiento de la obesidad, ayudando en la pérdida de peso y en la promoción de hábitos saludables. Sin embargo, es esencial que se utilice como parte de un programa completo de gestión de peso, con seguimiento médico y cambios de estilo de vida a largo plazo.