Acalasia: causas, síntomas y opciones de tratamiento
La acalasia es una situación de salud que puede afectar la calidad de vida de los individuos afectados; por lo tanto, es de fundamental importancia tener conocimiento sobre el tema y saber cómo lidiar con el problema.
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¿Qué es la acalasia?
La acalasia es una enfermedad rara del sistema digestivo que afecta la capacidad del esófago para realizar movimientos peristálticos adecuados y relajar correctamente el esfínter esofágico inferior (EEI) durante la deglución.
Esta condición conduce a una serie de problemas en el proceso de paso de alimentos y líquidos del esófago al estómago, resultando en síntomas como dificultad para tragar (disfagia), regurgitación, dolor torácico, ardor y pérdida de peso.
El esófago es un órgano muscular que transporta el alimento de la garganta al estómago mediante contracciones musculares coordinadas, llamadas peristaltismo.
Sin embargo, en la acalasia, se produce una deterioración de las células nerviosas que controlan estas contracciones, resultando en una incapacidad del esófago para empujar el alimento adecuadamente.
El EEI, ubicado en el extremo inferior del esófago, tampoco se relaja de manera adecuada durante la deglución, impidiendo de esta manera el paso adecuado del alimento al estómago, que se acumula en el esófago, llevando a la dilatación (aumento) del órgano.
Esta enfermedad es crónica y puede ser progresiva a lo largo del tiempo.
Debido a esto, el diagnóstico y tratamiento adecuados son esenciales para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes que sufren con la situación.
Causas de la acalasia
La acalasia se divide en primaria y secundaria. La primaria, o idiopática es aquella en la que no se puede identificar su causa. En la secundaria, la acalasia tiene una causa definida, como enfermedades del colágeno (enfermedades reumáticas) y en Brasil, principalmente, la enfermedad de Chagas.
Hoy vamos a hablar de la acalasia primaria.
Aunque las causas exactas de la enfermedad no se comprenden completamente, los investigadores han hecho progresos significativos para identificar los factores que pueden contribuir al desarrollo de esta condición.
Una de las principales teorías sobre las causas de la acalasia implica problemas en el sistema nervioso.
Se cree que un trastorno autoinmune puede estar asociado a la degeneración de los nervios que controlan los movimientos peristálticos del esófago y la apertura y cierre del esfínter esofágico inferior.
Además, los estudios sugieren una posible predisposición genética, lo que significa que la enfermedad puede ser heredada de un miembro de la familia afectado.
Otra hipótesis es que las infecciones virales o bacterianas, como el virus herpes simplex, pueden desencadenar una respuesta autoinmune que resulte en la deterioración de los nervios involucrados en la función esofágica.
Por otro lado, algunos investigadores también sugieren que ciertos factores ambientales, como la exposición a sustancias tóxicas o contaminantes, pueden desempeñar un papel en la manifestación de la enfermedad.
Aunque el conocimiento sobre las causas de la acalasia ha avanzado, todavía hay mucho por descubrir.
La investigación continua en esta área ha sido fundamental para mejorar los tratamientos existentes y ayudar a prevenir el desarrollo de esta condición debilitante.
Síntomas de la acalasia
La acalasia puede causar varios síntomas incómodos, siendo los principales:
Disfagia
La dificultad para tragar es uno de los síntomas más comunes de la enfermedad.
Los pacientes pueden sentir que los alimentos o líquidos se quedan atascados en medio del pecho, además de la sensación de dificultad para llevarlos al estómago.
Esto puede llevar a atragantamientos frecuentes y una sensación persistente de obstrucción en la garganta.
Regurgitación
La regurgitación es una de las características más comunes de quienes lidian con la condición, y ocurre cuando el contenido del esófago, que está acumulado, retrocede hasta la boca, generando un sabor amargo o ácido.
Este reflujo puede ser inconveniente y desagradable, pudiendo ocurrir especialmente después de las comidas.
Dolor torácico
Muchos pacientes reportan dolor en el pecho, que puede ser leve o intenso, y suele sentirse justo después de las comidas o durante la ingestión de líquidos.
Pérdida de peso
Como la dificultad para tragar puede llevar a una ingesta alimentaria reducida, algunos pacientes experimentan una pérdida de peso significativa y necesitan atención nutricional para manejar la situación de la pérdida exagerada.
Sensación de saciedad constante
La sensación de que la comida se queda atascada en el esófago puede llevar a una sensación de plenitud constante, incluso después de pequeñas comidas, lo que puede resultar en la pérdida de peso del paciente, que deja de alimentarse adecuadamente debido a este síntoma.
Tos y neumonías frecuentes
La regurgitación del contenido del esófago puede llevar a la aspiración de alimentos o líquidos a los pulmones, resultando en tos crónica o neumonías recurrentes.
Aunque no es un síntoma frecuente o que aparece con exactitud en todos los casos, debe ser tenido en cuenta ya que su ocurrencia no se descarta.
Es importante destacar que la acalasia es una condición que requiere atención médica adecuada.
Los síntomas pueden empeorar con el tiempo, causando impactos significativos en la calidad de vida del paciente.
Por lo tanto, si alguien presenta estos síntomas persistentemente, es fundamental buscar orientación de un profesional de la salud para un diagnóstico adecuado y tratamiento apropiado.
Opciones de tratamiento para la acalasia
El tratamiento de la acalasia tiene como objetivo aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente.
Existen varias opciones terapéuticas disponibles, cada una con sus ventajas y limitaciones, y la elección del tratamiento más adecuado dependerá del perfil y condiciones individuales del paciente.
Una de las opciones es la dilatación esofágica, un procedimiento mínimamente invasivo realizado a través de endoscopia.
En este método, un globo se infla en el esófago para estirar y ensanchar la región estrechada, permitiendo un mejor flujo de alimentos.
Otra alternativa es la inyección de toxina botulínica en el esfínter esofágico inferior, que relaja temporalmente el músculo, facilitando la deglución.
La miotomía quirúrgica laparoscópica es una opción más definitiva, en la cual el esfínter es cortado o parcialmente removido, mejorando el vaciado del esófago.
Esta intervención presenta buenos resultados a largo plazo, pero también implica riesgos quirúrgicos.
Recientemente, surgió un enfoque endoscópico innovador llamado POEM (Miotomía Endoscópica de la Capa Submucosa), en el que se crea un túnel en la pared esofágica para alcanzar el esfínter y realizar la miotomía, con menor impacto en el paciente y recuperación más rápida.
En casos de riesgo quirúrgico elevado, la terapia farmacológica puede ser considerada para reducir los síntomas y mejorar el paso de alimentos.
El uso de bloqueadores de canal de calcio y nitratos puede ayudar a relajar el esfínter esofágico inferior.
Cabe resaltar que la elección del tratamiento será determinada por la gravedad de la enfermedad, la condición de salud general del paciente y las preferencias individuales, por lo tanto, es fundamental que el médico evalúe cada caso de forma personalizada para garantizar el mejor resultado posible.
Es importante, también, que el paciente siga el seguimiento médico adecuado para monitorear la progresión de la enfermedad y ajustar el enfoque terapéutico según sea necesario.
¿Cómo lidiar con la dificultad para tragar causada por la acalasia?
Lidiar con la dificultad para tragar causada por la acalasia puede ser desafiante, pero existen algunas estrategias que pueden ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
Es importante resaltar que estas no sustituyen la orientación y seguimiento médico adecuado. Siempre consulte a un profesional de la salud para obtener un diagnóstico correcto y un plan de tratamiento personalizado.
Aquí hay algunos consejos que pueden ser útiles:
Cambios en la alimentación
Comer pequeñas porciones de alimentos y masticarlos bien puede ayudar a facilitar la deglución.
Opta por alimentos blandos y fáciles de tragar, evitando aquellos que puedan causar obstrucción, como alimentos secos o muy fibrosos.
Bebe líquidos
Beber líquidos durante las comidas puede ayudar a empujar los alimentos hacia abajo y reducir la sensación de bloqueo en el esófago.
Postura adecuada
Mantente en una posición vertical durante y después de las comidas, ya que esto puede facilitar el paso del alimento por el esófago.
Evita comer antes de dormir
Intenta hacer tus comidas con un intervalo adecuado antes de ir a la cama para evitar que el alimento se quede atascado en el esófago durante el sueño.
Elevación de la cabecera de la cama
Si la acalasia causa síntomas nocturnos, elevar la cabecera de la cama puede ayudar a reducir el reflujo ácido y aliviar la sensación de obstrucción.
Siempre recuerda seguir las recomendaciones de tu médico e informarle sobre cualquier cambio en los síntomas o nuevos problemas que puedan surgir.
En resumen, aunque la acalasia puede ser un desafío tanto para los pacientes como para los profesionales de la salud, la esperanza reside en los enfoques terapéuticos actuales y futuros, así como en la concienciación sobre la enfermedad y su diagnóstico temprano.
Con esfuerzos continuos en la investigación médica y cuidados adecuados como estos que encontraste aquí, podemos proporcionar una mejor calidad de vida y un futuro más tranquilo para aquellos que enfrentan los desafíos de la enfermedad.
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