El cáncer de intestino es una enfermedad grave que puede ser tratada con éxito si se detecta temprano. Aprenda más sobre los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento aquí.
Es uno de los tipos más comunes de cáncer en todo el mundo, pero cuando se detecta temprano, tiene una alta tasa de curación.
Los síntomas iniciales de este tipo de cáncer pueden pasar desapercibidos, lo que resalta la importancia de la conciencia y los exámenes regulares.
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¿Qué es el cáncer de intestino?
El cáncer de intestino grueso, también conocido como cáncer colorrectal, es un tipo de cáncer que afecta al colon y al recto, y puede afectar tanto a hombres como a mujeres, especialmente a partir de los 50 años.
Se desarrolla, en la mayoría de los casos, a partir de lesiones benignas llamadas pólipos, que pueden volverse cancerígenas con el tiempo.
Si no se detecta y se trata temprano, esta enfermedad puede propagarse a otras partes del cuerpo.
Es esencial buscar atención médica si se sospecha de cáncer, para un diagnóstico adecuado y, con ello, aumentar las posibilidades de curación del paciente.
Los factores de riesgo incluyen antecedentes familiares de cáncer colorrectal, edad avanzada, estilo de vida poco saludable y ciertas condiciones médicas.
La prevención debe ser priorizada para evitar el surgimiento de esta condición y complicaciones futuras.
La conciencia y la detección temprana juegan un papel crucial en la mejora de las tasas de supervivencia y en el tratamiento efectivo de esta enfermedad.
Síntomas del cáncer de intestino
Es importante conocer los síntomas de este tipo de cáncer, ya que el diagnóstico temprano aumenta las posibilidades de tratamiento y curación.
Los síntomas del cáncer de intestino pueden variar de persona a persona, pero hay algunos signos comunes a tener en cuenta.
Por ejemplo, uno de los principales síntomas es el cambio en los hábitos intestinales, como diarrea persistente, estreñimiento o alternancia entre ambos.
La presencia de sangre en las heces o sangrado rectal también puede ocurrir.
Otros síntomas incluyen dolor abdominal persistente, sensación de hinchazón o malestar abdominal, pérdida de peso inexplicada, fatiga, debilidad y anemia por pérdida crónica.
En etapas más avanzadas, la condición de la enfermedad puede causar obstrucción intestinal, resultando en vómitos, náuseas y distensión abdominal.
Es importante resaltar que estos síntomas pueden ser causados por diversas condiciones, no solo por este tipo específico de cáncer.
Sin embargo, si estás sintiendo o experimentando alguno de estos síntomas, especialmente si son persistentes, es esencial buscar a un médico para que se pueda realizar una evaluación adecuada.
Diagnóstico del cáncer de intestino
El diagnóstico de la enfermedad generalmente implica una combinación de exámenes clínicos, pruebas de imagen y pruebas de laboratorio.
Los síntomas iniciales, como ya hemos visto, pueden variar e incluir cambios en los hábitos intestinales, sangrado rectal, dolor abdominal, hasta pérdida de peso inexplicada y fatiga.
Para confirmar el diagnóstico, es necesario realizar una colonoscopia, un examen que permite al médico visualizar el interior del colon y del recto. Durante la colonoscopia, también se pueden realizar biopsias de tejido sospechoso, que serán examinadas por un patólogo.
Además de estos, algunas pruebas de imagen, como la tomografía computarizada y la resonancia magnética, pueden ser solicitadas para determinar la extensión del cáncer y si hay metástasis en otros órganos.
El diagnóstico temprano es fundamental para el tratamiento efectivo del cáncer de intestino grueso.
Por eso, busca a un médico lo antes posible si sospechas de la enfermedad para que el diagnóstico se realice lo antes posible.
Tratamiento del cáncer de intestino
El tratamiento depende de varios factores, como la etapa de la enfermedad, la ubicación del tumor y la salud general del paciente.
Los principales métodos de tratamiento incluyen cirugía, quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia.
La cirugía es a menudo la primera opción de tratamiento para la enfermedad.
El objetivo es eliminar el tumor y cualquier tejido circundante afectado.
Dependiendo de la etapa del cáncer, se puede realizar una resección local, donde solo se eliminan el tumor y un poco de tejido normal, o una resección más extensa, donde se elimina una parte del colon o del recto.
En algunos casos, puede ser necesaria la creación de una colostomía, ileostomía temporal o permanente.
La quimioterapia es otra opción común de tratamiento. Involucra el uso de medicamentos para destruir las células cancerosas o impedir su crecimiento.
La quimioterapia puede administrarse antes de la cirugía para reducir el tamaño del tumor, después de la cirugía para eliminar las células cancerosas restantes o como tratamiento paliativo en etapas avanzadas de la enfermedad.
La radioterapia se combina a menudo con la quimioterapia antes de la cirugía, especialmente en casos de cáncer de recto.
Involucra el uso de radiación de alta energía para destruir las células cancerosas o impedir su crecimiento.
Este tratamiento también puede utilizarse después de la cirugía para reducir el riesgo de recurrencia de la enfermedad.
La inmunoterapia es una forma relativamente nueva de tratamiento para el cáncer. Utiliza medicamentos que estimulan el sistema inmunológico del paciente para combatir las células cancerosas.
Este tratamiento ha mostrado resultados prometedores en pacientes con cáncer de intestino grueso avanzado o metastásico.
Aparte de los tratamientos mencionados, los pacientes con esta enfermedad también pueden beneficiarse de terapias de apoyo, como la terapia nutricional, que tiene como objetivo garantizar una nutrición adecuada durante el tratamiento, y el apoyo psicológico, que puede ayudar a los pacientes a lidiar con el impacto emocional de la situación.
Siempre es importante recordar que el tratamiento para este cáncer debe ser individualizado y discutido con un equipo médico especializado.
Cada caso es único, y el enfoque terapéutico puede variar según las características del paciente y del cáncer.
El acceso a un tratamiento adecuado es fundamental para mejorar la viabilidad de curación y la calidad de vida de los pacientes que sufren con la condición.
Prevención del cáncer de intestino
La prevención de la enfermedad es de suma importancia para el mantenimiento de la salud y el bienestar.
El cáncer colorrectal es uno de los tipos más comunes de cáncer en todo el mundo, pero muchos casos podrían evitarse a través de medidas preventivas adecuadas.
Una de las principales estrategias de prevención es la adopción de un estilo de vida saludable.
Esto incluye una alimentación equilibrada y rica en fibras, con el consumo regular de frutas, verduras, granos enteros y alimentos bajos en grasa.
Además, es esencial limitar el consumo de carne roja y procesada, como el tocino, la salchicha y el jamón, que están asociados a un mayor riesgo de desarrollo del cáncer.
La práctica regular de actividad física también juega un papel fundamental en la prevención del problema.
Los ejercicios aeróbicos, como caminar, correr, nadar o andar en bicicleta, ayudan a mantener el intestino saludable y a regular el sistema digestivo.
Otro factor importante es la realización de exámenes de detección, como se mencionó anteriormente, como la colonoscopia, que permite identificar lesiones precancerosas o cáncer en etapas tempranas, cuando las posibilidades de curación son mayores.
El inicio de los exámenes de detección varía según los antecedentes familiares y otras características de cada persona, por lo que reforzamos que consultar a un médico para determinar el mejor enfoque es muy importante.
Otro punto a destacar es evitar el tabaquismo y moderar el consumo de alcohol para minimizar los riesgos de desarrollar el cáncer.
Con estas medidas, es posible reducir significativamente las posibilidades de desarrollar este tipo de enfermedad y preservar la salud del intestino.
Por lo tanto, el cáncer de intestino grueso es una enfermedad grave que requiere atención a los síntomas y cuidados médicos adecuados.
Es fundamental que los pacientes y los profesionales de la salud estén atentos a las señales de alerta, promoviendo la conciencia y la búsqueda de diagnóstico y tratamiento tempranos, contribuyendo así a mejores resultados y una mayor supervivencia de los pacientes afectados por la enfermedad.
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Doutor em Gastroenterologia pela FM-USP.
Especialista em Cirurgia do Aparelho Digestivo (HCFMUSP), Endoscopia Digestiva (SOBED) e Gastroenterologia (FBG).
Professor do curso de Medicina da Fundação Educacional do Município de Assis - FEMA.
Médico da clínica Gastrosaúde de Marília.